Manuel Lezaeta Acharán: La Ley Natural. (I)

Comienza esta sesión:

Hace algún tiempo te hablé de un médico-naturópata que en su época desafió al sistema sanitario convencional, y que obtuvo de la justicia un reconocimiento final que se tradujo en dos disposiciones importantísimas:

La primera reconoce al hombre el derecho a aprovechar los beneficios de los agentes naturales sin ninguna intervención de la medicina oficial.

La segunda deja excluido de la función médica, y por tanto considera no regulable, el uso de los agentes naturales de la vida, es decir, la alimentación natural, las plantas, el agua, el aire, el sol y la tierra.

En su momento, este médico, abogado y naturópata dictó los preceptos que la Ley Natural impone al hombre como condición para mantener la salud.

Pasados ya cerca de 80 años de su enumeración, estos preceptos siguen siendo absolutamente válidos para mantener la salud, y/o para recuperarla inmediatamente en caso de haberla perdido.

En varias entradas expondré todos y cada uno de estos preceptos adecuándolos a los tiempos actuales para que podamos aprovechar estas importantes enseñanzas.

1.- RESPIRAR SIEMPRE AIRE PURO. Siempre que podamos debemos salir de las contaminadas ciudades y pueblos donde vivimos y encaminarnos a lugares naturales donde podamos respirar aire puro.

Este aire puro debemos respirarlo de dos maneras, o por dos conductos:

. los pulmones

. la piel

Una piel sana y saludable actúa como un tercer pulmón y convenientemente expuesta al medio natural, es capaz de absorber normalmente hasta la cuarta o quinta parte del oxígeno que necesitamos y expeler casi la misma proporción de desperdicios de nuestro desgaste orgánico.

Para que la piel pueda desempeñar sus funciones como pulmón es indispensable que esté en contacto directo con la atmósfera. Son muy importantes los baños de aire. Debemos permitir al aire puro de la mañana que bañe nuestro cuerpo desnudo.

La respiración pulmonar debe hacerse por la nariz, con la boca cerrada, porque la nariz es guardián de los pulmones, calentando el aire frío y reteniendo sus impurezas.

Cuanto mejor nos alimentemos con aire puro, menos necesidad tendremos de otros alimentos.

Todos nosotros y en especial los enfermos que sufren de enfermedades pulmonares debemos buscar aire puro siempre que podamos y utilizar este aire como alimento primordial.

2.- COMER EXCLUIVAMENTE PRODUCTOS NATURALES. Hay que considerar la importancia de saber escoger los alimentos a fin de mantener la salud. El alimento digerido forma la sangre, y esta definirá su calidad en función de la calidad de los alimentos ingeridos.

La Naturaleza nos ofrece en cada momento del año una serie de productos para nuestro mantenimiento. Nuestra salud depende en gran medida de que sepamos aprovechar esta oferta para elaborar nuestra dieta. El hecho de comer productos estacionales tiene varias ventajas, además de su mejor precio, como siempre nos recuerdan: el producto está en su mejor sazón, no proviene de meses o incluso años en cámaras frigoríficas, pero además la naturaleza en su sabiduría nos da aquellos productos que en su momento mejor nos van a sentar.

Es imposible que exista una buena nutrición si no introducimos en nuestro cuerpo los productos que la Naturaleza nos destina en cada estación. El progreso y nuestro afán por doblegar a la naturaleza ha hecho que sea posible en estos momentos acceder a todo tipo de alimentos en cualquier lugar y época del año, creemos poder comer todo lo que nos apetezca con el único límite de nuestros recursos o caprichos. Bien, deberemos considerar otro límite: nuestra salud.

Fin de esta sesión.

PROXIMAMENTE:

Ser sobrios constantemente.

Beber únicamente agua natural.

Tener suma limpieza en todo.